La Orden de Malta intenta aliviar el sufrimiento y salvar vidas con sus recursos médicos y dispensarios en Tierra Santa, aunque han sufrido bombardeos a medida que la violencia se extiende por la frontera de Israel y Líbano. Los aviones y cañones israelíes golpean el su de Líbano, en teoría contra posiciones de las milicias chiíes de Hezbolá, aliadas con Irán.
«Uno de nuestros dispensarios fue bombardeado a dos kilómetros de la frontera. El 19 de enero otro fue bombardeado, pero seguimos trabajando», informa en VaticanNews Maria Emerica Cottese, embajadora de la Orden de Malta en el Líbano.
Los equipos de la Orden y sus equipos se mudaron a un hospital de campaña al lado de la Cruz Roja para seguir colaborando. «Nuestras unidades móviles se ocupan no sólo de nuestros pacientes sino también de los refugiados», explica. Por ejemplo, utilizan tres minibuses para la distribución de comidas calientes todos los días.
«También trabajamos mucho con asociaciones de otras confesiones y otros credos», subraya. «En los cuatro dispensarios del sur del país [sur de Líbano], muchos de nuestros médicos son chiítas y llevan la cruz de Malta en el uniforme. Trabajamos tanto con chiítas como con suníes. Ayudamos a todos, sobre todo».
La embajadora Cottese destaca que la guerra pone en riesgo a todo Líbano (el país de Oriente con mayor porcentaje de cristianos). «Hay tal inflación que la gente corriente ni siquiera puede comprar alimentos suficientes. De un salario medio, el 70% se destina a la compra de artículos de primera necesidad».
No cree que la guerra llegue a Beirut, pero Israel y Hezbolá (peón de Irán) combaten por el sur del país. Cottese recuerda que la declaración 1701 de la ONU que exige que Hezbollah se retire al norte del río al-Litani.
El hospital de la Orden de Malta en Belén
Sobre la situación en Belén habla otra embajadora de la Orden de Malta, Michele B. Bowe, embajadora de la Orden ante Palestina. Ella ha viajado allí desde los años 70, cuando «en Belén, en los mercados, llegaban judíos de Jerusalén y sus alrededores para hacer compras. La gente se mezclaba, mientras que hoy hay un gran muro de 30 metros que rodea la ciudad».
Ha pasado la Navidad latina y la ortodoxa en Belén. Le desgarra el corazón «ver lo militarizado que se han vuelto las cosas, ver los puestos de control, ver a los desempleados que ya llevaban dos años y medio sin trabajo durante el Covid».
Si en Gaza en noviembre calculaban que había 17.000 niños huérfanos, hoy consideran que puede ser el doble.
Al hospital de la Orden de Malta en Belén llegan mujeres mal nutridas para dar a luz bebés débiles. «Nuestra UCIN está llena. Nuestro personal trabaja en turnos de doce horas. La gente no tiene los fondos para contribuir a nuestro trabajo. El dinero de la Autoridad Palestina está bloqueado por el gobierno israelí debido a una disputa fiscal”, advierte.
Bowe tiene un sueño: «Creo que el responsable de la esperanza en Tierra Santa, en Palestina, nacerá, o espero que ya haya nacido, en el mismo hospital de la Sagrada Familia [católico, de la Orden de Malta]. Y que esta persona lanzará una gran iniciativa para lograr una paz más sostenible para las madres, los niños y las familias en toda la región”.
«Son personas como cualquier otra. Aman a sus hijos, quieren educarlos, quieren tener un futuro y el muro les dificulta conocerse», apunta.
Desde un punto de vista diplomático, tiene una propuesta: «Creo que es necesario derribar el muro. Necesitamos una solución de dos Estados, diplomacia y un Estado construido sobre la paz y la coexistencia. Se necesitará mucho tiempo para reconstruir Gaza, y espero que no sea necesario más tiempo para reconstruir la coexistencia que he visto deteriorarse desde los años 1970 hasta hoy».
El Hospital de la Sagrada Familia en Belén es una gran fuerza provida. Desde 1990, más de cien mil bebés han nacido en este Hospital de la Orden de Malta en Belén (4.500 en 2022). El 60% de los niños de belén nacen allí (aunque los cristianos son muchos menos) y también llegan allí los bebés prematuros o más enfermos, porque es el único en la región equipado para trabajar con bebés de menos de 32 semanas. Desde 2018 cuenta con una unidad clínica móvil que recorre los pueblos y aldeas de toda la región de Belén.
Más sobre el Hospital de Belén aquí (en inglés).