Son veinticinco mujeres, algunas con velo, otras sin él. Todas ellas, madres: madres cristianas y musulmanas que aprenden juntas a cocinar. Se trata de un nuevo proyecto de la Asociación pro Terra Sancta en Belén, que forman parte a su vez del programa de tres años Mujeres, jóvenes y ancianos: apoyamos el más débil de Belén, financiado por el Comité de Beneficencia para los países del Tercer Mundo de la Conferencia Episcopal italiana.
Un curso de cocina, con nueve clases de dos horas cada una, dirigido por un chef local y una nutricionista cualificada.
“Muchas de estas mujeres se han convertido en madres cuando eran muy jóvenes“, explica el chef Issa: “No saben cocinar o solo saben cocinar alimentos que no son saludables para sus hijos”. Por esto, en cada lección se elige un alimento “protagonista del episodio”, y luego se cocina en diferentes maneras. Durante la primera media hora, la nutricionista explica el valor nutricional de los alimentos y después todas van a la cocina.
“En esta lección, hemos aprendido todo sobre la berenjena”, explica Nadera, de 30 años y madre de 4 niños: “No pensé que podría hacer tantas cosas con una sola comida… ¡Incluso una tarta!”
“¡Ser madre es muy duro! Nunca sé qué hacer para comer para mis dos niñas “, dice Odette: “Siempre termino preparando las mismas cuatro cosas… Y probablemente lo hago mal»…
Además de la introducción a una buena nutrición, el curso también tiene como objetivo enseñar a las participantes cómo ahorrar al comprar los alimentos, mostrándoles cómo cocinar una buena comida con elementos sencillos. En un lugar donde los recursos económicos son muy limitados, esto es crucial.
Al final de la lección, el chef Issa también enseña cómo combinar los alimentos: “Rodeados por la tensión y el desorden, ver la belleza en la composición de un plato nos da un poco más de serenidad».