Raphael Yaakov Schutz, que era el embajador de Israel ante la Santa Sede desde 2001, deja Roma y se retira del cargo. Le sustituye Yaron Sideman, que viene del consulado de Israel en Filadelfia, EEUU, y de negociar con el congreso norteamericano.
Por un lado, se puede considerar Schutz se va porque finaliza su mandato de 4 años, pero por el otro la diplomacia israelí está cambiando embajadores en bastantes sitios, a raíz de las dificultades que enfrenta debido a la Guerra de Gaza y las noticias constantes de muertes de civiles, ataques a hospitales e instalaciones civiles y críticas desde organizaciones de derechos humanos. También en España ha cambiado recientemente a su embajadora.
Como siempre que se va un embajador, el Papa lo ha recibido en un último encuentro, este jueves.
Su papel en los últimos meses ha sido protestar enérgicamente cada vez que la diplomacia vaticana señalaba lo desproporcionado de la actuación militar israelí en Gaza.
Por ejemplo, en febrero el secretario de Estado vaticano, el cardenal Parolin, dijo: «Pido que el derecho de Israel a la defensa, invocado para justificar la operación militar en Gaza, sea proporcionado, lo que ciertamente no es el caso con 30.000 muertes», refiriéndose a estimaciones de víctimas en Gaza. Schutz respondió con una nota de la embajada diciendo que era «una declaración deplorable» y que «el marco general» a tener en cuenta es que Gaza (toda la región, parece) ha sido transformada por Hamás «en la base terrorista más grande jamás vista».
La Santa Sede, una potencia diplomática
La Santa Sede es el país más pequeño pero en el ámbito internacional es una potencia diplomática: tiene contactos en todo el mundo y no se le puede presionar económicamente ni comprar. Tiene un alto prestigio moral, comunidades católicas que le informan en todo el mundo (incluyendo la misma Gaza, donde el Papa telefonea al párroco, argentino como él) y acceso ágil a bastantes países hispanos, africanos e isleños, además de diversas potencias europeas, por no hablar de otras comunidades cristianas, como los ortodoxos, otras iglesias orientales, etc… cada una de las cuales tiene sus propios aliados en Oriente Medio. Incluso los países musulmanes recurren al Vaticano para muchos temas de diplomacia internacional.
El nuevo embajador
Así, el nuevo embajador ante la Santa Sede va a tener que hilar fino. El designado es Yaron Sideman, que llega de Estados Unidos, donde ha servido como cónsul general de Israel en Pensilvania, Ohio, Delaware, Virginia Occidental, Kentucky y el sur de Nueva Jersey. Licenciado en Ciencias Políticas, Psicología y Filosofía en Haifa y Tel Aviv, trabajó para el Ministerio de Asuntos Exteriores en Jerusalén. Fue responsable de las relaciones entre Israel y el Congreso de los Estados Unidos y jefe de la Oficina de la Diáspora y Asuntos Interreligiosos. Sideman también fue cónsul de Asuntos Públicos en la embajada de Israel en Nueva York y asesor político en la embajada de Israel en Nigeria.
Este año ya se celebró (el 10 de junio) el Décimo Aniversario de la ceremonia de paz del 8 de junio de 2014, cuando el entonces presidente del Estado de Israel, el fallecido Shimon Peres, y el presidente del Estado de Palestina, Mahmud Abbas, en presencia del Patriarca Ecuménico Bartolomé de Constantinopla, plantaron y regaron juntos un olivo en los jardines vaticanos, símbolo de paz. El olivo sigue ahí, y los embajadores de Israel y de Palestina, Raphael Yaakov Schutz e Issa Kassissieh, lo volvieron a regar este 10 de junio. Ahora será Sideman el invitado a hacer este gesto… cuando sea posible.
Aniversario de Nostra Aetate
Israel y la Santa Sede mantienen relaciones diplomáticas oficiales desde 1994. En 2025 se cumplirá el 60º aniversario de la publicación de la declaración Nostra Aetate en el Concilio Vaticano II (1962-1965), que abrió una nueva era de diálogo judeo-cristiano. Pero los católicos estarán muy ocupados celebrando su propio Jubileo y Nostra Aetate puede celebrarse también tratando con comunidades judías que no apoyen las acciones militares de Israel por considerarlas desproporcionadas.
El mismo 7 de agosto, al retomar las audiencias de los miércoles, el Papa Francisco lamentó la “situación en Oriente Medio”, e hizo un llamamiento “a todas las partes implicadas para que el conflicto no se amplíe y se produzca un cese inmediato del fuego en todos los frentes, empezando por Gaza, donde la situación humanitaria es muy grave e insostenible. Rezo para que la búsqueda sincera de la paz extinga los enfrentamientos, para que el amor venza al odio y para que la venganza sea desarmada por el perdón”.
La alusión a la «venganza» en el contexto actual es relevante y significativo por parte del Papa.
A 7 de agosto, cumplidos 10 meses de guerra en Gaza, el Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás, habla de casi 40.000 muertos (la inmensa mayoría civiles desarmados) y 91.700 heridos. Además, estima que hay unos 10.000 desaparecidos aun enterrados bajo escombros. Las cifras pueden debatirse, pero la necesidad de la población desplazada y la destrucción absoluta de infraestructuras en Gaza son testimoniadas por las asociaciones humanitarios, los clérigos y cristianos de la zona y los periodistas.