El Papa Francisco recibió en audiencia este 15 de enero, en la Sala Clementina del palacio apostólico del Vaticano, a los miembros del Studium Biblicum Franciscanum, fundado en Jerusalén hace justo cien años.
La institución fue fundada en el Santuario de la Flagelación de Jerusalén, un 7 de enero de 1924, y unos años más tarde se vinculaba al Colegio San Antonio de Roma, hoy Pontificia Universidad Antonianum.
«Unidos a la vida del pueblo santo»
Durante el encuentro, Francisco recordó algunos de los aspectos más importantes del Studium: «Ante todo, el hecho de que el Studium, con su Biblioteca y Museo, haya dado y siga dando impulso a importantes excavaciones arqueológicas, en diversos yacimientos, realizando valiosos hallazgos, hasta el punto de obtener, en el 2001, el reconocimiento como Facultas Scientiarum Biblicarum et Archaeologiae».
«Lo que hemos oído, visto y tocado os lo anunciamos», es el lema del Centenario del Studium Biblicum Franciscanum. Entre los asistentes había profesores, estudiantes y colaboradores, así como el cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, Massimo Fusarelli, ministro general de la Orden de los Frailes Menores y fray Francesco Patton, custodio de Tierra Santa.
El Papa, con ocasión de su centenario, les exhortó «a no perder de vista este enfoque de la Escritura. Que el estudio riguroso y científico de las fuentes bíblicas, enriquecido por los métodos más actuales y las disciplinas afines, esté para todos ellos siempre unido al contacto con la vida del pueblo santo de Dios y orientado a su servicio pastoral, en armonía y en beneficio de su carisma específico en la Iglesia».
«En el estudio, la meditación, la reflexión de la Biblia y de los textos bíblicos, pero en el corazón de la Iglesia que es el santo pueblo fiel de Dios que camina. Fuera del cuerpo de la Iglesia estos estudios no sirven de nada. Lo que vale es el corazón de la Iglesia, de la Santa Madre Iglesia», añadió.
Antes de concluir, el Papa tuvo unas palabras para la situación actual de Tierra Santa. «Es muy grave desde todos los puntos de vista. Es muy grave. He escuchado al padre Faltas, las cosas que me ha mostrado, y cada día me comunico con la parroquia de Gaza, que sufre tanto por esta situación«.
«Debemos rezar y actuar incansablemente para que esta tragedia termine. Que esto los impulse aún más a profundizar las razones y la calidad de su presencia en esos lugares martirizados, su presencia allí, en el martirio de ese pueblo, en el que están arraigadas las raíces de nuestra fe«, terminó el Papa.
El Decano del Studium Biblicum Franciscanum señaló que «para nosotros ha sido un honor muy grande y nos ha dado una palabra de aliento, especialmente en este momento en el que la situación política en Tierra Santa no es tan buena. Nosotros, junto con la Custodia de Tierra Santa, realizamos nuestro servicio de apostolado, de evangelización. Siempre hemos sostenido que el estudio de la Sagrada Escritura, como ha dicho el Santo Padre en su discurso, es evangelización, es llevar la Palabra de Dios a las personas, a los pobres, para animarlos a vivir, a estar cerca de ellos», expresó.
«Solución por etapas para Gaza»
Por su parte, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca de Jerusalén, tras la reunión con el Papa, señaló: «Nos hemos puesto al día sobre la situación humanitaria de la comunidad cristiana en Gaza, pero más en general de Tierra Santa, y sobre las posibles perspectivas, para ver si hay posibles canales de diálogo, para ver al menos cómo detener esta deriva que es cada vez más preocupante».
«Pero hay que insistir, la diplomacia, la política son la única posibilidad que tenemos para no dejar espacio sólo a las armas. Tenemos que pensar por etapas, no habrá una solución inmediata. Lo importante ahora es encontrar canales de comunicación entre las dos partes. Entre Israel y Hamás», expresó.
Puedes escuchar aquí las palabras del Papa.
Pizzaballa explicó que son frecuentes los contactos con la parroquia de la Sagrada Familia de Gaza. «La parroquia está en el norte, que tuvo que ser evacuado, donde ya casi no se llevan a cabo operaciones militares intensas. La situación es relativamente más tranquila. Las operaciones militares se han desplazado más al sur, pero sigue siendo una zona donde no hay nada: no hay casas, no hay agua, no hay electricidad, no hay nada. Es una situación de extrema pobreza y sin siquiera referencias institucionales», comentó.