Rami Arav, el máximo experto en las ruinas de Betsaida, no tiene dudas de que las ruinas situadas en Et-Tel, a un kilómetro y medio del Mar de Tiberíades, se corresponden con la antigua ciudad donde Jesús predicó e hizo varios milagros.
A unos cuatro kilómetros de Cafarnaún, era en tiempos de Jesucristo la localidad más importante de la región. Allí el Señor curó a un ciego de nacimiento (Mc 8, 22-26) e hizo el milagro de la multiplicación de cinco panes y dos peces, dando de comer a cinco mil personas (Lc 9, 10-17).
Pero fue también señalada, entre otras comunidades de Galilea donde había predicado, como indigna del don recibido, por su indiferencia: “¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Pues os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras” (Mt 11, 21-22).
Betsaida no tuvo un final tan drástico como Sodoma, pero durante el siglo IV fue abandonada y sus construcciones, muchas de ellas de piedra de basalto sin labrar, abundantes en la zona, se fueron desmoronando hasta casi desaparecer.
Para el profesor Rami Arav, arqueólogo y filólogo bíblico y profesor de la Universidad de Nebraska en Omaha, la identificación no ofrece dudas: “Los hallazgos en Et-Tel no solo me convencieron a mí, sino también a un grupo de expertos”, porque coinciden con todas las pistas que ofrece la Historia. Desde 1987, Arav dirige el Proyecto Betsaida, en el que participan treinta investigadores de dieciocho universidades. Ha publicado una extensa obra en cinco volúmenes sobre la ciudad, y ahora reivindica su identidad con las ruinas de Et-Tel frente a otras propuestas.
El profesor Arav, en las ruinas de Betsaida.
En declaraciones al Daily Mail, detalla sus argumentos:
-El historiador romano Flavio Josefo sitúa Betsaida en el bajo Golán, cerca de la desembocadura del Jordán en el Mar de Galilea, que coincide con el lugar de las excavaciones.
-Con el tiempo, la localidad fue elevada a la dignidad de ciudad y renombrada como Julia, en homenaje a la esposa del emperador Augusto, y los arqueólogos han encontrado en Et-Tell un templo dedicado a ella.
-Por otro lado, Betsaida significa “hogar de pesca y caza”, y según explica Arav, las ruinas de Et-Tel fueron conocidas en su día como Zer, transcrito Tzed, que en hebreo significa tanto cazar como pescar. Ese nombre evolucionaría a Beti-tzed y luego Betsaida, afirma el arqueólogo, experto en lenguas semíticas. Y de hecho, entre las ruinas han encontrado antiguos equipos de pesca.
Una objeción a la ubicación es que, según la descripción bíblica, Betsaida era accesible por barca, mientras que las ruinas se encuentran a más de mil quinientos metros de la orilla del Mar de Galilea. Según Arav, eso puede explicarse por movimientos tectónicos y cambios en el nivel de las aguas del lago, pues el Mar de Galilea está justo en medio de la falla siro-africana, que produce cada cierto periodo de tiempo violentas sacudidas sísmicas en Israel.
Otra teoría sitúa a Betsaida en el cercano lugar de El-Araj, pero según Arav aquello fue solamente un campamento militar y no responde a los requisitos anteriores que sí satisface Et-Tell.